Cuando la búsqueda de una moto es para el trabajo, las necesidades a cubrir no son las mismas y el tipo de moto elegido no deberá guiarse porque sea una moto barata o de una marca reconocida, sino porque pueda cumplir durante el mayor tiempo posible las funciones para las que hacemos esa compra.
En general, para trabajar la moto será de pequeña o mediana cilindrada y las más comunes son las de 125cc. Dicen que para trabajar las Discover, Cargo (Honda) o Ybr (Yamaha) están entre las mejores, sus composturas son económicas y duran y resisten casi “eternamente”.
No es lo mismo jalar un remolque que repartir comida a domicilio y hay que tener muy claro qué vamos a hacer con ella. Por ejemplo, una moto de 125cc que en peso de carga puede llevar máximo 150kg, puede jalar de hasta 400kg. Si no debes cargar peso pero sí hacer muchos kilómetros porque eres, por ejemplo, repartidor de comida, deberás mirar que tenga una buena amortiguación que reduzca las vibraciones y te haga más fácil la conducción.
Puedes consultar en la Asociacion Mexicana de la Industria Automotriz para saber qué marcas permiten la auditoría de sus procesos de producción, lo que te da una garantía de calidad.
Respecto a las marcas europeas apenas tienen presencia en el mercado de las motos para trabajo, por lo que si encuentras los modelos, quizás tengas problemas a la hora de las reparaciones. No olvides consultar los talleres que pueden arreglar tu moto antes de comprarla.
Por el precio, suele haber motos muy baratas, pero son generalmente de fabricación China (aunque el ensamblaje se haga en México y sea bueno, no puede mejorar los defectos de fabricación) y son poco duraderas y menos fiables, sin contar con que las refacciones son bastante caras.
También debes pensar qué accesorios necesitará la moto para adaptarla al trabajo, si es que no las tiene, y consultar los precios, tanto en las casas oficiales como en los distribuidores multimarcas, como nuestra TIENDA ONLINE donde puedes ver una amplia variedad de accesorios para tu moto y para ti: soporte para teléfonos, guantes resistentes al agua, rompevientos, maletas y mucho más.
Tenemos que ser conscientes de que cuando se trata de comprar una moto de segunda mano para el trabajo el tema de las reparaciones es muy importante porque, tarde o temprano y en función del tipo de empleo, va a tener que pasar por el taller.
Por eso las marcas reconocidas pueden ser una gran opción ya que suele haber más concesionarios oficiales y los talleres que no son de la propia marca conocen bien los modelos.
Además de que a la hora de comprar refacciones es más probable que no tengamos que esperar mucho tiempo a que las traigan del extranjero, como puede suceder con las motos de marcas europeas con menos presencia en nuestro mercado o incluso con las japonesas especializadas en motos de alta cilindrada.
Sobre todo, en este caso, cuando vayas a comprar una moto de segunda mano para el trabajo, ten en cuenta que no estés comprando una de tercera, cuarta o quinta que ya haya pasado de una empresa a un particular.
Y, por supuesto, no dejes de probarla y pedir las mismas garantías que para cualquier otro tipo de moto usada.
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